El campo de la Salud Mental continúa en una situación muy crítica. La extrema crisis económica que está atravesando nuestro país, sumada a la falta de voluntad política de implementar las leyes vigentes en varias jurisdicciones, coloca a la población en situación de vulnerabilidad y violación de sus derechos. Sea por carencia de recursos o debido a decisiones políticas basadas en motivos de tipo ideológico y/o corporativo, numerosas personas con padecimiento mental deambulan durante largos meses en busca de un turno para ser atendidas. Peor aún es la situación de quienes requieren un abordaje de mayor complejidad, como puede ser una internación. En efecto, por la falta de apertura de salas de internación de salud mental en los hospitales generales, los pacientes están siendo internados en salas generales que no cuentan con las condiciones elementales ni cumplen las más mínimas normas de buenas prácticas en salud mental. Estos pacientes permanecen internados varios días en una guardia, en clínica médica, obstetricia o traumatología. Los servicios de salud mental de los hospitales se encuentran saturados y no es registrada la necesidad de urgente apertura de dispositivos intermedios, como casas de medio camino, dispositivos habitacionales o laborales y hospitales de día.