Presidenta
Claudia Bongiorno
Vicepresidenta
María José Banchero
Secretaria científica
María Elena Marquina
Vocales titulares
Vocales suplentes
Fundamentos
Concebida como el conjunto del proceso de formación, la educación en la familia, en la escuela y en la sociedad tiene una misión capital. El desarrollo satisfactorio de cada ser humano depende de la satisfacción de sus necesidades afectivas profundas en el marco de las exigencias normativas de la sociedad en que crece. Cada cultura resuelve el problema a su manera, y es esta la solución, consagrada por la tradición, que expresan sistemas de educación familiar y escolar y las costumbres propias de esta cultura.
No existe acuerdo alguno sobre el contenido o los fines de la educación. Las sociedades reflejan por aproximación el sistema de valores comúnmente admitido; ponen de relieve, grosso modo, lo que ya ha sido sancionado por la experiencia y la tradición.
El desarrollo humano es un proceso complejo que comporta combinaciones cambiantes sin cesar de caracteres genéticos, de elementos nacidos de la vida interior, de reacciones adquiridas y de estímulos del mundo exterior.
El niño nace en el seno de una sociedad; tiene, pues, siempre en su desarrollo, al tiempo que una maduración puramente individual, un elemento de socialización. A medida que crece, aumentan las exigencias que le impone la sociedad, y el proceso de su desarrollo es un proceso de conciliación entre las pulsiones biológicas originales y las necesidades de su vida individual y social; las sociedades humanas pueden considerarse como un medio de satisfacción
Durante los primeros meses, algunos de los elementos que intervienen son, en parte, de orden cultural y comunes a todos los niños o a la mayor parte de los de la misma tribu o del mismo grupo, y en parte, impuestos por la personalidad y la actitud de los padres o quienes cumplen su función; constituyen para el niño el comienzo de una experiencia que le es propia.
La educación constituye un medio de armonizar la maduración con las series variantes de elección de orden cultural que toda sociedad efectúa progresivamente bajo la influencia de factores ecológicos y móviles inconscientes, así como por la presión de su historia y sus tradiciones. Una sociedad decide aprobar ciertos tipos de comportamiento, por ej., la adquisición de riquezas por el trabajo y condenar otros, por ej., la adquisición de riqueza y de poder por el bandolerismo. Algunas de estas decisiones parecen lógicas y racionales; otras, arbitrarias o irracionales: van desde la aceptación de valores morales y filosóficos hasta los más pequeños detalles de los usos establecidos y de las conveniencias; afectan todos los aspectos del desarrollo y de la vida del individuo; su conjunto constituye lo que se llama generalmente una forma de vida, y sus efectos sobre la personalidad establecen el carácter racional.
Así es como en una sociedad cualquiera todo niño debe aprender, en el transcurso de su desarrollo, a obrar más o menos de acuerdo con una serie de normas culturales; en sus primeros años, sus ideas sobre el bien y el mal se funden en lo que a él le parece ser aceptable o inaceptable para los adultos que le rodean. Dado que su sentimiento de la seguridad personal depende muy estrictamente de la existencia de relaciones fáciles, cordiales y claramente definidas con lo que le rodea, se comprenderá que tiene el más poderoso de los motivos para inclinarse hacia el conformismo. Su desarrollo se orienta así en una determinada dirección y no en otra que, al menos desde el punto de vista psicológico, podría ser también satisfactoria.
Educación para la salud mental: puede ocurrir que, aplicando a la educación nuestro conocimiento de los móviles del pensamiento humano, se consiga mejorar la salud mental de los individuos, contribuyendo directamente al establecimiento de relaciones sanas entre personas y entre grupos integrados en el marco de la sociedad.
La salud mental se relaciona con el raciocinio, las emociones y el comportamiento frente a diferentes situaciones de la vida cotidiana. También ayuda a determinar cómo manejar aquellas situaciones que podrían resultar perturbadoras, convivir con otras personas y tomar decisiones importantes. Al igual que otras formas de salud, la salud mental es importante en todas las etapas de la vida, desde la niñez y la adolescencia hasta la edad adulta. De acuerdo a estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los problemas de salud mental constituyen alrededor del 15% de la carga mundial de la enfermedad.El déficit en la salud mental contribuiría a muchas enfermedades somáticas y afectivas como la depresión o la ansiedad.
El tema de la salud mental, además, no concierne sólo a los aspectos de atención posterior al surgimiento de desórdenes mentales evidentes, sino que corresponde además al terreno de la prevención de los mismos con la promoción de un ambiente sociocultural determinado por aspectos como la autoestima, las relaciones interpersonales y otros elementos que deben venir ya desde la educación más primaria de la niñez y de la juventud. Esta preocupación no sólo concierne a los expertos tales como psicopedagogos, psicólogos, decentes, familia, sino que es responsabilidad de toda la sociedad.
La salud mental ha sido definida como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, contando con la capacidad de afrontar las tensiones de la vida cotidiana y trabajar de forma productiva.
La promoción de la salud mental requiere implementar programas médicos, sociales y sobre todo gubernamentales con un mismo fin, promover la salud mental durante todo el ciclo vital, para garantizar niños mentalmente sanos y evitar trastornos mentales en la edad adulta o la vejez. Una manera importante de hacerlo será la prevención de la inestabilidad emocional.
La salud mental es un estado de bienestar psicológico y emocional que permite al sujeto emplear sus habilidades mentales, sociales y sentimentales para desempeñarse con éxito en las interacciones cotidianas.
La educación es el proceso de facilitar el aprendizaje en todas partes. Los conocimientos, habilidades, valores, creencias y hábitosde un grupo de personas que los transfieren a otras personas, a través de la narración de cuentos, la discusión, la enseñanza, la formación o la investigación. La educación no solo se produce a través de la palabra, pues está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes. Cualquier experiencia que tenga un efecto formativo en la forma en que uno piensa, siente o actúa puede considerarse educativa.
La puesta en marcha del Capítulo "EDUCACIÓN Y SALUD MENTAL" tendrá el propósito de generar instancias de trabajo interdisciplinario incluyendo a todos los actores educativos de la Comunidad de Bahía Blanca. Se brindarán diversas actividades de capacitación, de formación, de investigación, encaminadas a la promoción y prevención de la salud mental en beneficio del bienestar de la población.