Luego de dar más de 50 diversas definiciones del superyó a lo largo de varios años, en su noveno seminario, La identificación, dictado en 1961-62, hace una sola mención de la que dice “no hay otra correcta”. Esto hace de ese seminario y de esa referencia un punto pivote en relación a dicha función. De allí en más, veremos que el superyó será siempre situado como un mandato de goce.

Ahora bien, ¿qué logró captar Lacan en su noveno seminario que le permitió llegar a establecer la única definición correcta del superyó? ¿Qué le dio a esta ese rasgo tan especial? ¿Qué conexión había entre las proposiciones previas y la del seminario 9? ¿Cuál es la relación entre la mención del Seminario 9 y la concepción posterior que lo sitúa como mandato a gozar?

Este libro es un intento de dar algunas respuestas a estos interrogantes.